
El nuevo hallazgo, que
ha sido aceptado para su
publicación en la
revista Meteoritics y en
Planetary Science, tiene
también implicaciones
para la búsqueda de
vidas exóticas.
“El
descubrimiento de la
glicina en un cometa
apoya la idea de que los
elementos fundamentales
de la vida son
prevalentes en el
espacio, y refuerza el
argumento de que la vida
en el universo puede ser
común, más que raro”,
dijo Carl
Pilcher,
director del
NASA Astrobiology
Institute, que
co-financió la
investigación.
Desde que en el año 2004
la nave espacial de la
NASA Stardust
capturó muestras de gas
y polvo del cometa
Wild 2,
y después de que el
material llegase a la
Tierra en paracaídas en
el año 2006, se han
estado haciendo
análisis, por parte de
científicos de todo el
mundo, para conocer los
secretos de los planetas
y descubrir la formación
de nuestro sistema
solar.
Desde un principio se
descubrió glicina en el
material analizado pero
se creyó que provenía de
la materia viva que
contaminaba la nave
Stardust,
y que procedía de la
Tierra. Ahora se ha
descubierto que no es
así. La glicina que
proviene del espacio
tiene 13 átomos de un
carbono más pesado que
el que forma la glicina
terrestre.
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